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Libro : Ojos De Perro Azul / Eyes Of A Blue Dog - García..

Modelo 07475700
Fabricante o sello Vintage Espanol
Peso 0.21 Kg.
Precio:   $70,019.00
Si compra hoy, este producto se despachara y/o entregara entre el 15-05-2025 y el 25-05-2025
Descripción
-Titulo Original : Ojos De Perro Azul / Eyes Of A Blue Dog (Spanish Edition)

-Fabricante :

Vintage Espanol

-Descripcion Original:

Estos relatos tempranos de Gabriel Garcia Marquez fueron escritos y publicados entre 1947 y 1955, aunque, como libro, Ojos de perro azul no apareceria hasta 1974, cuando el escritor ya habia publicado otros dos libros de relatos y cuatro novelas, de las que la ultima, Cien años de soledad, le proporcionaria su primer gran exito internacional. En este libro se incluye su primer cuento celebre, el Monologo de Isabel viendo llover en Macondo, escenario de sus obras posteriores. El personaje de Isabel reaparecera en su primera novela, y el tema de la lluvia cayendo interminablemente, en su personal version del diluvio universal, acabaria integrandose suave y flexiblemente en Cien años de soledad. Este relato, incluido en todas las antologias del cuento latinoamericano de nuestros dias, fue la primera piedra de ese gigantesco edificio, tan imaginario como real, que terminaria fundando el espacio literario mas poderoso About the Author Gabriel Garcia Marquez, nacido en Colombia, fue una de las figuras mas importantes e influyentes de la literatura universal. Ganador del Premio Nobel de Literatura, fue ademas cuentista, ensayista, critico cinematografico, autor de guiones y, sobre todo, intelectual comprometido con los grandes problemas de nuestro tiempo, en primer termino con los que afectaban a su amada Colombia y a Hispanoamerica en general. Maxima figura del realismo magico, fue en definitiva el hacedor de uno de los mundos narrativos mas densos de significados que ha dado la lengua española en el siglo xx. Entre sus obras mas importantes se encuentran las novelas Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba, Cronica de una muerte anunciada, La mala hora, El general en su laberinto, El amor en los tiempos del colera, Memoria de mis putas tristes, el libro de relatos Doce cuentos peregrinos, la primera parte de su autobiografia, Vivir para contarla, y sus discursos reunidos, Yo no vengo a decir un discurso. Fallecio en 2014. Excerpt. © Reprinted by permission. All rights reserved. Alli estaba otra vez ese ruido. Aquel ruido frio, cortante, vertical, que ya tanto conocia pero que ahora se le presentaba agudo y doloroso, como si de un dia a otro se hubiera desacostumbrado a el. Le giraba dentro del craneo vacio, sordo y punzante. Un panal se habia levantado en las cuatro paredes de su calavera. Se agrandaba cada vez mas en espirales sucesivos y le golpeaba por dentro haciendo vibrar su tallo de vertebras con una vibracion destemplada, desentonada, con el ritmo seguro de su cuerpo. Algo se habia desadaptado en su estructura material de hombre firme; algo que -las otras veces- habia funcionado normalmente y que ahora le estaba martillando la cabeza por dentro con un golpe seco y duro, dado por unos huesos de mano descarnada, esqueletica, y le hacia recordar todas las sensaciones amargas de la vida. Tuvo el impulso animal de cerrar los puños y apretarse la sien brotada de arterias azules, moradas, con la firme presion de su dolor desesperado. Hubiera querido localizar entre las palmas de sus dos manos sensitivas el ruido que le estaba taladrando el momento con su aguda punta de diamante. Un gesto de gato domestico contrajo sus musculos cuando lo imagino perseguido por los rincones atormentados de su cabeza caliente, desgarrada por la fiebre. Ya iba a alcanzarlo. No. El ruido tenia la piel resbaladiza, intangible casi. Pero el estaba dispuesto a alcanzarlo con su estrategia bien aprendida y apretarlo larga y definitivamente con toda la fuerza de su desesperacion. No permitiria que penetrara otra vez por su oido; que saliera por su boca, por cada uno de sus poros o por sus ojos que se desorbitarian a su paso y se quedarian ciegos mirando la huida del ruido desde el fondo de su desgarrada oscuridad. No permitiria que le estrujara mas sus cristales molidos, sus estrellas de hielo, contra las paredes interiores del craneo. Asi era el ruido aquel: interminable como el golpear
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