-Titulo Original : La Madre Naturaleza
-Fabricante :
CreateSpace Independent Publishing Platform
-Descripcion Original:
Las nubes, amontonadas y de un gris amoratado, como de tinta desleida, fueron juntandose, juntandose, sin duda a conclave, en las alturas del cielo, deliberando si se desharian o no se desharian en chubasco. Resueltas finalmente a lo primero, empezaron por soltar goterones anchos, gruesos, legitima lluvia de estio, que doblaba las puntas de las yerbas y resonaba estrepitosamente en los zarzales; luego se apresuraron a porfia, multiplicaron sus esfuerzos, se derritieron en rapidos y oblicuos hilos de agua, empapando la tierra, inundando los matorrales, sumergiendo la vegetacion menuda, colandose como podian al traves de la copa de los arboles para escurrir despues tronco abajo, a manera de raudales de lagrimas por un semblante rugoso y moreno. Bajo un arbol se refugio la pareja. Era el arbol protector magnifico castaño, de majestuosa y vasta copa, abierta con pompa casi arquitectural sobre el ancha y firme columna del tronco, que parecia lanzarse arrogantemente hacia las desatadas nubes: arbol patriarcal, de esos que ven con indiferencia desdeñosa sucederse generaciones de chinches, pulgones, hormigas y larvas, y les dan cuna y sepulcro en los senos de su rajada corteza. Al pronto fue util el asilo: un verde paraguas de ramaje cobijaba los arrimados cuerpos de la pareja, guareciendolos del agua terca y furiosa; y se reian de verla caer a distancia y de oir como fustigaba la cima del castaño, pero sin tocarles. Poco duro la inmunidad, y en breve comenzo la lluvia a correr por entre las ramas, filtrandose hasta el centro de la copa y buscando despues su natural nivel.
-Fabricante :
CreateSpace Independent Publishing Platform
-Descripcion Original:
Las nubes, amontonadas y de un gris amoratado, como de tinta desleida, fueron juntandose, juntandose, sin duda a conclave, en las alturas del cielo, deliberando si se desharian o no se desharian en chubasco. Resueltas finalmente a lo primero, empezaron por soltar goterones anchos, gruesos, legitima lluvia de estio, que doblaba las puntas de las yerbas y resonaba estrepitosamente en los zarzales; luego se apresuraron a porfia, multiplicaron sus esfuerzos, se derritieron en rapidos y oblicuos hilos de agua, empapando la tierra, inundando los matorrales, sumergiendo la vegetacion menuda, colandose como podian al traves de la copa de los arboles para escurrir despues tronco abajo, a manera de raudales de lagrimas por un semblante rugoso y moreno. Bajo un arbol se refugio la pareja. Era el arbol protector magnifico castaño, de majestuosa y vasta copa, abierta con pompa casi arquitectural sobre el ancha y firme columna del tronco, que parecia lanzarse arrogantemente hacia las desatadas nubes: arbol patriarcal, de esos que ven con indiferencia desdeñosa sucederse generaciones de chinches, pulgones, hormigas y larvas, y les dan cuna y sepulcro en los senos de su rajada corteza. Al pronto fue util el asilo: un verde paraguas de ramaje cobijaba los arrimados cuerpos de la pareja, guareciendolos del agua terca y furiosa; y se reian de verla caer a distancia y de oir como fustigaba la cima del castaño, pero sin tocarles. Poco duro la inmunidad, y en breve comenzo la lluvia a correr por entre las ramas, filtrandose hasta el centro de la copa y buscando despues su natural nivel.

